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lundi 23 janvier 2017

"DEN AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR, Y A DIOS, LO QUE ES DE DIOS”



Soy Francés, por lo que ruego me disculpen las faltas de ortografía, de gramática o de expresiones no correctas.


En Mateo 22 15-21 leemos el texto siguiente (también existe en Marcos y Lucas) :

“Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones. Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?». Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa? Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario. Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?». Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios».


La interpretación de este texto puede ser muy diferente según leemos el texto entero  o solo la primera parte.
Si nos paramos a la primera parte, eso significaría que lo que pide Jesús es una obediencia muy estricta a los autoridades civiles y políticas.  Pero eso, nunca le ha dicho Jesús de una manera directa o indirecta, aunque siempre ha fustigado los que opriman, los que por hipocresía o deseo de poder han utilizado este poder por su cuenta propia o por ambición.
En la Biblia, la primera reacción que podemos llamar una reacción política fue la salida de los judíos de Egipto y la lucha de Moisés contra el faraón. 
Cuando estaba Jesús frente a Pilato y que este le ha pregunto : “Es el rey de los Judíos”, no ha contestado Chisto ni si, ni no, sino “Tu lo dices”.
Jesús no fue un revolucionario como lo podemos entender hoy. Y no hay que olvidar que ha dado su gracia a San Pablo, un soldadora que oprimaba los primeros cristianos. 
En este sentido, si solo recordamos la primera parte de la palabra de Jesús “Den al Cesar lo que es de Cesar”, nos equivocamos totalmente.
Lo significativo, y lo importante es lo que sigue: “[…]Den a Dios,  lo que es de Dios”. Eso no significa renunciar a las felicidades terrenales ni a la paz. Significa que en el orden de las cosas humanas hay una jerarquía implícita: de lo que existe, dice Mateo, todo viene de Dios. Dios ha dado mucho. Pero también nos pide mucho et debemos darle lo que pide. Debemos dar a Dios lo que le pertenece, es decir todo.
Y aquí existe el peligro del fariseísmo. Es decir dar lo superficial y darse en espectáculo con lo más importante. 
Amar me parece la cosa más difícil de la vida, porque en el amor hay que olvidarse, creer de verdad que el otro es mi hermano, caminar con él o ella. Con ninguna rencor ni celo. Amar aunque él o ella no te ama. 
Eso me parece “ Den a Dios lo que es de Dios”. ¿Que sea cosa posible? No lo sé. Hay que intentar cada día, sin desesperar. 





  


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